–¡Llueve! ¡Se acercan las lluvias! Me estaba asegurando de que nuestra horda de cabras estuviese a salvo cuando escuché a mi hermano menor que llamaba desde la colina que da sobre nuestro pueblo. Mi padre lo había mandado ahí hacía semanas, cuando esperábamos que llegasen rápidamente las lluvias. Me llamo Ali y vivo en el Sudán. En mi país solo llueve poco cada año, de modo que para nosotros la lluvia es muy importante. Vivimos en un país muy seco, ¡pero eso no significa que podamos vivir sin agua!
Corrí hacia la colina para encontrarme con mi hermano. A lo lejos, en la llanura, pude ver las nubes de tormenta que se aproximaban. Eran enormes, grises y estaban llenas de agua. Yo también comencé a gritar que se acercaban las lluvias … y enseguida todo el pueblo se nos unió. Inmediatamente, sentimos un viento frío que corría hacia nosotros. El aire húmedo soplaba sobre nuestras mejillas. ¡Yo estaba tan emocionado!
La lluvia significa tanto para nosotros. En primer lugar, es agua para nuestros cultivos y animales, agua que no tendremos que sacar de los pozos o cargar un camino largo en nuestra tierra seca. En segundo lugar, es motivo de fiesta, porque cuando caen las primeras lluvias, lo celebramos con un gran festín con las sobras de nuestra larga espera anual. Por último, la lluvia es sinónimo de trabajo arduo, todo empezará a crecer pronto y tendremos que trabajar mucho en nuestros campos.
Las lluvias tardaron mucho en llegar este año, más de un mes. Nuestro festín será muy pequeño, pero no importa. Pronto habrá agua limpia y clara para beber y comida fresca para comer. ¡La lluvia es fuente de vida!